Caminaba descalza por el camino de madera hasta que este dio fin y sus pies tocaron la arena, se hundieron en ella. Se acercó a la orilla, aun no eran las diez pero ya no quedaba demasiada gente por la playa, soplaba una suave brisa. Confiaba con poder ver allí la puesta de sol, sola, pero fue entonces cuando le invadieron los recuerdos. Cerro los ojos y comenzó a notar su mano acariciándole la espalda, jugando con su pelo y finalmente perdiéndose en un cálido beso. Tras el hubo un silencio, uno de esos que solo deseas compartir con esa persona y que únicamente debe ser roto para mejorar la situación "¿Ves el sol?" le pregunto el tímidamente "Se esta escondiendo, pronto ya no lo veras, pensaras que ta no está pero no será cierto. Siempre va a estar ahí, ¿me oyes? Siempre" Ella asintió "Pues quiero que cuando lo veas te acuerdes de mi, y pienses que pese a los kilómetros que nos separen, pese a que no puedas verme, voy a estar ahí" Una lagrima escurría por su mejilla cuando abrió los ojos, el Sol ya no estaba, se había escondido tras el horizonte pero ella sabia que tarde o temprano volvería a amanecer.
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