Parece que fue ayer cuando paseamos de la mano, cuando te cojía y entre risas me decías: ay que ver qué pronto te cansas de andar. Parece que fue ayer cuando el teléfono sonó a la una y una voz quebrada entre llantos me decía que ahora mis manos son tus pies. Y aunque no puedas andar, yo te enseñaré a volar porque el mundo no se acaba entre las ruedas de tu silla, porque el mar es más que orilla y hay que navegar...Y yo quiero verte soñar.
Y pintar un mundo de sonrisas porque la vida sigue y aunque duela, tienes que continuar porque hay gente que te quiere, entre ellos yo.
Parece que fue ayer cuando te enfadabas con el mundo, cuando no apreciabas los detalles de la vida y te abandonaste a suerte del azar. Pero todo cambió y aprendiste a ver un cielo abierto, a borrar fantasmas, a barrer todo lo desierto y diste uso y la razón al verbo amar.